No se puede utilizar un modelo generalista para aplicar a las distintas patologías. El esquema de trabajo adecuado debe ajustarse al paciente y en ningún caso al revés.
Ciertos modelos terapéuticos pueden ser eficaces a la hora de abordar problemas superficiales, pero con trastornos profundos o arraigados es necesario planificar una estrategia de acción específica encaminado a abordar la falla en la estructuración psíquica del paciente. Es necesario posicionarse desde un enfoque conceptualmente amplio, y que permita en detalle reparar a la vez las carencias cognitivas y emocionales. A través de un estudio minucioso de la personalidad del paciente y de su estructuración psíquica se ha de preparar el modelo de intervención necesario para abordar con garantía la mejoría.